Cuando hablamos de información en marketing, probablemente nos vengan a la mente multitud de tecnicismos que están muy de moda: Big Data, machine learning, analítica, OCR, CRM… Pero esta obsesión por la generación de un inmenso mar de datos puede hacernos perder el foco: conocer mucho mejor a las personas que se esconden tras esa maraña de información.

Todos conocemos compañías que invierten importantes sumas de dinero en tecnologías de la información. Sin embargo, por falta de estrategia, de visión, de recursos o tiempo, su esfuerzo se queda en un “quiero y no puedo”. Para afrontar un proyecto de Big Data no solo hay que estar preparado económica y tecnológicamente, también debemos tener una cultura de empresa que complemente el proyecto con una estrategia, que defina los objetivos específicos a lograr mediante el plan de Big Data.

Más allá del postureo de tener en la compañía herramientas y tecnología de datos, es vital definir la estrategia que marque una hoja de ruta para el uso de la tecnología. Gracias a las herramientas de data podemos pintar unos reportes preciosos pero, ¿estamos verdaderamente escuchando a las personas que nos hablan a través de esos datos? Y más importante, ¿estamos mejorando nuestra comunicación gracias al análisis y comprensión de dicha información?

Responder positivamente  a las preguntas anteriores, es posible si unimos: Big Data + Estrategia + Análisis + Decisiones. Las máquinas son nuestras amigas, y unidas a la inteligencia y expertise de los profesionales de marketing, conforman el perfil perfecto para sacar el máximo jugo a la información.

El Big Data debe ser para los profesionales de las empresas una fuente de soluciones y no de frustraciones. Ante una abrumadora cantidad de cifras, porcentajes y datos varios, debemos ser capaces de identificar insights. Estos insights o percepciones no son más que los gustos, necesidades, tendencias y hábitos de los consumidores, que nos permiten elaborar perfiles de clientes mucho más nítidos y esclarecedores.

Si tenemos la habilidad de transformar los datos en conclusiones, seremos capaces de generar conversaciones de calidad con nuestra audiencia. Mediante esa nueva forma de establecer diálogos con los consumidores, estaremos dándole sentido al uso del Big Data, pues estaremos aportando aún más valor a la compañía, a los profesionales, a los clientes… en definitiva, estaremos enriqueciendo la vida de las personas.