Para J.Garcia Carrión, una empresa familiar murciana, se trata de pelear contra Goliat con las únicas armas que posee: las características de su producto. La publicidad comparativa, una técnica permitida siempre que se cumplen una serie de normas (los productos deben satisfacer el mismo tipo de necesidades, la comparación debe ser objetiva, no debe dar lugar a confusión, no puede desacreditar ni denigrar, debe referirse a características relevantes y entre marcas de presencia significativa) ha sido su aliada desde que en 1995 lanzara su primera campaña de este tipo (contra Radical de Pepsi).
A pesar de los riesgos de esta política (han sido denunciados varias veces ante Autocontrol), finalmente han salido fortalecidos. Por ejemplo antes del anuncio de 1998 en el que comparaba Minute Maid con Don Simón, la participación de éste en el frigorífico de las tiendas de alimentación era de un 10%; Minute Maid había llegado a obtener el 70%. Un año más tarde habían conseguido el liderazgo del lineal de frío.
J. García Carrión, que no trabaja con ninguna agencia de publicidad, invirtió en 2004 casi 8 millones de euros. Ese mismo años sumó un total de 393,70 millones de euros en 2004 en ventas de zumos, vinos, caldos y cremas refrigeradas. Entre sus logros, destaca como proveedor de zumos y vinos de marca blanca para la cadena estadounidense de tiendas Wal-Mart.