Tres de las cuatro principales entidades en este segmento –Cofidis, Banco Sygma y EuroCrédito– tienen en su accionariado a Cetelem, la marca de crédito al consumo de BNP Paribas, señala el diario Cinco Días. Citifinancial, de Citigroup, es el contrapunto anglófono. Las empresas españolas empiezan también a hacer una tímida competencia a las entidades galas. El auge de esta modalidad de financiación ha provocado que las entidades españolas también hayan empezado a posicionarse. La Caixa, por ejemplo, está presente en el sector con CreditStar, que a su vez pertenece a Finconsum del que la caja catalana controla un 55%; el resto está en manos de Sofinco, de Crédit Agricole.Banco Popular entró en el negocio en marzo de 2005 y BBVA se inició en el crédito rápido el pasado abril, a través de Dinero Express, su oficina multiservicio para inmigrantes. Santander tiene una oferta de crédito rápido, Crédit Ágil, a través de Santander Consumer. Su banco on line, Openbank, tiene un producto parecido, pero es sólo para clientes que tengan una nómina domiciliada, lo que le permite ofrecer un tipo de interés más reducido. Otras veces, el contrapunto de los créditos rápidos en el caso de los bancos tradicionales se articula a través de los créditos preconcedidos en las tarjetas de crédito, pero compañías como MNBA están compitiendo con ellos a través de tarjetas ajenas a los bancos.

¿Quién pide un crédito rápido?

Los directivos de las principales entidades del sector coinciden en que el cliente tipo –hombre o mujer– suele tener entre 30 y 55 años, con una renta de entre 700 y 1.500 euros mensuales. En la mayoría de los casos, el préstamo se pide para solucionar una exigencia de liquidez inmediata debida a un imprevisto, o para la satisfacción de un deseo de consumo hedonista.