Desde la tienda digital www.amibola.com se puede comprar dieciséis productos (pulseras, colgantes, llaveros) cuyos beneficios se donarán íntegramente a Aleph-Tea y servirán para mantener y reforzar servicios como el propio centro escolar o los programas de ocio, apoyo a familias, integración y formación de voluntarios, entre otros.

La historia de Amibola parte de Jeannie Pascual Cornwall, una diseñadora textil y madre de un niño con autismo. Pensando en reunir fondos a través de rastrillos benéficos dibujó una pulsera de colores, sobre la que escribió la palabra “amibola”.

Nunca imaginó que aquello se convertiría en el complemento “de moda” del que se han vendido miles de unidades, sin más medios que el boca-oído y las redes sociales y, muchísimo menos, que Amibola podía convertirse en una marca para reunir fondos que mejorasen la vida de alguien.

Hace ahora nueve años, un grupo de familias con niños con autismo, junto a profesionales especialistas en el tema, crearon Aleph-Tea (Asociación Libre para la Educación Personalizada y Humana de los Trastornos del Espectro Autista). En 2004 comenzó a funcionar su primer aula, en la que estaba el hijo de Jeannie, y en 2007 fue declarada “de Utilidad Pública”. Hoy cuenta con un centro escolar al que asisten 35 niños, además de una extensa serie de programas de servicios a los niños y sus familias.

“Más allá de reunir fondos, me gusta pensar que cuando alguien lleva una pulsera Amibola a su alrededor es más fácil que surja una conversación sobre integración, tolerancia o el valor de ser diferente”, explica la diseñadora en un comunicado.