“Actualmente estamos desarrollando el plan de franquicias, ha sido muy abrumadora la respuesta del público al igual que lo han sido las solicitudes de franquicias y master-franquicias, esperamos tener el plan listo en un par de meses y comenzar así esta nueva y emocionante etapa para nuestra joven empresa, hay muy buenas perspectivas de crecimiento, especialmente en el ámbito internacional”, ha explicado a Marketing News Federico Mendoza.

En cuanto a su inversión publicitaria, Mendoza comenta que al llevar solo 8 meses abiertos y una sola ubicación, “la publicidad ha estado bastante limitada y que el mayor énfasis ha sido promover la tienda por las redes sociales, y obviamente atrayendo al turista de paso por el Paseo Joan de Borbón. Esta estrategia al igual que plan de marketing se está adaptando para el plan de franquicias, ya que el perfil de las tiendas cambiará según su país, región y punto geográfico". Por el momento su próxima inversión en publicidad será el lanzamiento oficial de la página web www.eyescreamandfriends.com en los próximos meses.


Durante año y medio Estudio M ha desarrollado un proyecto integral en el que, por ejemplo, se ha reinventado el propio producto, que mantiene la tradicional manera taiwanesa de fabricación, con una textura a medio camino entre el sorbete y el helado, pero sustituye la materia prima por el tradicional helado de base italiano, más apropiado a los gustos locales.
Junto a la textura, las salsas y los toppings que se le echan por encima es otra de sus señas de identidad y que, tras ser convenientemente adaptado, se ha convertido, no obstante, en uno de sus mejores reclamos publicitarios: “iniciamos una especie de deconstrucción, separando los toppings del helado. Como giro creativo fundamental, a esa montaña de helado deforme le pusimos dos ojos de azúcar, convirtiéndolo en un personaje monstruito que te mira a los ojos y que le dota inmediatamente de vida y personalidad”, se explica en el blog de M.


A partir de ahí, el naming llegó casi solo: Eyescream, que en inglés se pronuncia como ice cream, pero que además hace referencia directa a los ojos, dicen. El siguiente paso fue idear un personaje (un monstruo) y un carácter para cada sabor y un packaging, aparentemente muy sofisticado pero de construcción muy sencilla y económica: una especie de bandeja en la que encajan el envase del helado y dos envases para los toppings (mermeladas, chocolate líquido, dulce de leche, etcétera). Pero también hay una versión low cost, para comprar solo el helado, a un precio más asequible.