La campaña de lanzamiento tenía que reflejar el mismo espíritu y en la agencia Stop&Think se preguntaron cómo sería la campaña de una colección de invierno, bajo los efectos del cambio climático. Entonces cogieron los bártulos de playa e hicieron las fotos de la colección de invierno, como si fuera una sesión de ropa de baño, chapuzones incluidos. 

El resultado es una campaña surrealista (que incluye material para el punto de venta, prensa e internet) que supone una ruptura con el tono que predomina en los escaparates de las tiendas en los meses fríos y en los catálogos de otoño invierno.