Estos dos científicos, de épocas, edades y géneros diferentes, tenían algo en común: defendían una teoría de la evolución que presentaba una diferencia importante con el trabajo posterior -en el caso de Lamarck- y anterior -en el caso de Margulis- de Charles Darwin.

Basados en el comportamiento colaborativo de las células, ambos postularon que un ser vivo no evoluciona sólo, sino de forma simbiótica; es decir, en consonancia con los demás seres que comparten su “sistema” y de los cuales depende.

No les fue muy bien.

Lamarck se convirtió en el científico más ridiculizado de la historia. Margulis tardó años en que reconocieran el valor de su trabajo, casi veinte. (El hecho de ser mujer en los ‘60 no debe haberla ayudado a agilizar la espera.)

Lo cierto es que la teoría de la evolución de Darwin era muy clara y tenía una contundencia de ley: siempre triunfa el más apto.

No solo es clara; tiene tanto atractivo mitológico y encaja tan bien en el sistema en que vivimos, que ha sido históricamente preferida por las esferas política y económica.

En síntesis, siempre tuvo ayuda.

Sin embargo, la agenda de Darwin solo fue llegar más lejos en el conocimiento científico, y murió lamentándose en una carta a un colega por no haber tenido en cuenta el comportamiento de las células en el desarrollo de su trabajo.

En realidad, la idea de que solo es posible avanzar colaborando se vende hoy como nueva y transgresora, pero es tan vieja como el mundo. 

Los libros suelen hablar de un único protagonista; la cultura del héroe, por su atractivo narrativo, lo empapa todo. Pero lo cierto es que nada se ha acometido y logrado únicamente por una persona.

Nunca. 

Al pequeño no le queda más remedio que aprenderlo, ya que depende de colaboraciones para ampliar su radio de trabajo.

A grande solo puede llegar quien siempre lo ha tenido claro.

Hablar únicamente de Havas Media, nosotros, para explicar lo que hemos llegado a ser, lo que estamos siendo y lo que seremos, sería solo atribuible al hecho de que las compañías con opción a escribir la historia a veces “se olvidan” de cómo han llegado hasta donde ha llegado.

Pero eso no explicaría ninguno de nuestros logros.

La historia de Havas Media es una historia de innumerables colaboraciones, y de una visión que se ha ido transformando para que esas colaboraciones aumenten en número y sean cada vez más fructíferas.

Para empezar, el Village.

En vez de la idea tradicional de Fortaleza que protege a una compañía y la hace parecer invulnerable, hemos preferido la noción de “casa abierta”, un lugar en el que las disciplinas se encuentran literalmente en los pasillos en todo momento del día.

No es extraño que Havas Media haya captado y formado a los mejores profesionales que hay ahora mismo en el mercado. Muchos de ellos siguen con nosotros.

Otros están intentando ponernos las cosas difíciles como competidores, presentandonos desafíos nuevos cada día y ayudándonos a levantar el listón general de nuestro negocio.

Luego están los colaboradores externos.

Por el Village ha pasado y pasa la “crema” de la industria de medios y publicidad. En la forma de colaboradores puntuales, asesores o simplemente impulsores de proyectos que ayudamos a poner en marcha, en Havas Media podemos trabajar con la mejor gente “sin salir de casa”. (Algo tan familiar hoy en dia.)

Esto ha dado como resultado tantos trabajos que sería imposible ponernos a enumerarlos todos en un texto que, a esta altura, ya ha abusado de tu tiempo. 

Es evidente que estamos entusiasmados ante la perspectiva de seguir “dependiendo” y construyendo con otros el futuro; esta página intenta transmitir eso.

Pero si la torpeza del texto lo hace sonar a declaración publicitaria, permítenos ponerlo de otra manera: Aunque quisiéramos, no podríamos negarnos a ocupar un lugar central en todo lo que viene.

Es la responsabilidad que tiene quien ha escrito con otros gran parte del pasado.