¡Ya ha llegado la Navidad! Las ciudades se llenan de luz y color, vuelven las cenas de empresa, los encuentros familiares, y arranca el pistoletazo de salida a la temporada de mayor consumismo. Para las marcas, este momento del año es uno de los más importantes ya que el interés de los consumidores por comprar los productos anunciados en spots navideños se incrementa un 24% y éstos son capaces de llegar a pagar hasta un 12% más.

En este contexto, los consumidores se enfrentan cada día a una avalancha de mensajes publicitarios que intentan captar su atención, y por eso muchos han desarrollado una especie de armadura para protegerse de estos estímulos. Pero esta coraza firmemente asentada parece resquebrajarse, aunque sea mínimamente, durante el periodo navideño, dejando paso a sentimientos positivos que se manifiestan en la actividad de comprar (para uno mismo y para compartir). Y es que, según un estudio de la revista científica-médica BMJ (British Medical Journal), el espíritu navideño es real y está localizado en el cerebro humano, provocando sensaciones de alegría, euforia, nostalgia, paz, solidaridad… que incitan a comprar.

Pero en esta campaña navideña es fundamental tener en cuenta los cambios en los hábitos de consumo vinculados a la universalización de dispositivos digitales y redes sociales. Durante la pasada temporada, las ventas online crecieron un 16% respecto a las del año anterior, y las reseñas y valoraciones, que han aumentado un 27% en el primer semestre de este año con respecto al mismo periodo de 2022, tienen cada vez más importancia en las compras, que se vuelven más meditadas y menos impulsivas.

Por todo ello, para llegar al corazón de los consumidores o para diferenciarse de su competencia, los creativos y responsables de marketing tienen que aguzar el ingenio para ser más originales en sus propuestas comunicativas.

Trucos y siempre apelar a las emociones

Algunas de las técnicas que se utilizan en las campañas navideñas para llamar nuestra atención tienen que ver, por ejemplo, con el uso del color, integrando una paleta lo más navideña posible: el rojo, el verde, los metalizados como el dorado y el plateado… son algunos de los colores que utilizan los diseñadores para reforzar la comunicación visual. El rojo, relacionado con la pasión y el calor del hogar, el verde, con la esperanza y la prosperidad, y los dorados que aportan ese toque de lujo y glamour.

Todo para captar nuestra atención mediante el cebo adecuado. La técnica del “eye candy” consiste en crear un escaparate atractivo y convincente para mostrar los productos y servicios. Por ejemplo, muchas marcas recurren a la técnica de la animación, que combinada con el poder de contar historias, consigue que el consumidor empatice y se identifique con los personajes, generando un vínculo emocional. Dos ejemplos recientes son el anuncio de Apple, que mediante la técnica de stop motion ha diseñado su campaña navideña titulada ‘Fuzzy Feelings’, o el de ‘La vida es’ de Suchard, que también ha recurrido a la animación. ¿Es esto una novedad? No, pero en este 2023 las bandas sonoras son más impactantes, los claims son más divertidos y las historias menos sentimentales (lo que parece abrir una nueva tendencia tras la resaca emocional sufrida tras la pandemia del Coronavirus). El envejecimiento de nuestra sociedad también se refleja en las campañas. Mientras antes los niños eran las estrellas, ahora lo son los adultos, que se convierten en los nuevos protagonistas.

También es importante apelar a las emociones. La nostalgia es la materia prima de la que se extrae buena parte del diseño navideño. Con la llegada del invierno, la maquinaria del marketing emocional se activa para recordarnos la añoranza de los seres queridos con anuncios sobre el retorno a casa por Navidad, las reuniones familiares de antaño… Y una de esas emociones es, también, la generosidad, por eso los anunciantes tratan de hacer hincapié en la reciprocidad y nos recuerdan que el proceso de regalar es circular, es decir, que el que regala también es regalado. Así, buscan que el consumo aumente y que el recordatorio de marca resuene en la mente del usuario en el momento de la compra.

Una marca sólida y reconocible

Si el claim -esa frase pegadiza que acompaña a la inserción publicitaria- es un éxito, seguramente las ventas lo serán. En nuestro país existe una gran tradición de campañas exitosas de Navidad que gracias a un buen copywriting perviven en la mente de distintas generaciones como el ‘Vuelve a casa por Navidad’, ‘Las muñecas de Famosa…’ o un clásico que se reinventa todos los años como es el anuncio de la Lotería de Navidad. Esta banda sonora formará parte de nuestra memoria sentimental, y si es eficaz, resonará en nuestra cabeza durante décadas.

Esto, claro, tiene que ir acompañado de una experiencia de compra que tiene que ver con el concepto de User Experience (UX) -el sentimiento que los usuarios perciben cuando utilizan un producto, aplicación o servicio vinculado a una marca-. Con los KPIs (Key Performance Indicators), podemos medir qué hace el usuario y qué dice en base a esa experiencia, permitiéndonos tener la foto detallada de cómo los consumidores interactúan con nuestro producto y sus sensaciones, pudiendo identificar nuestras debilidades y mejorar la relación con nuestros clientes.

Y no solo en la tienda, sino que el comercio electrónico es un canal fundamental, y cada vez más importante. Para esta campaña navideña se prevé que el gasto en regalos aumente un 3%, alcanzando los 12.000 millones de euros en España y que el 60% de los consumidores españoles compre sus regalos online. Tendencias como los vídeos cortos y el uso de Google Lens implican la necesidad de optimizar las fotografías para conseguir buenos resultados en las búsquedas, como lo es la adecuada elección de los nombres de los archivos y las palabras clave. También, tecnologías como la realidad aumentada y la virtual (utilizadas por el 4% de los compradores) avanzan con calma pero sin pausa, el uso de la IA crece de manera exponencial y la realización de campañas con influencers.

Una campaña exitosa es un beneficio para la marca, para la economía y para los consumidores en última instancia. ¡Feliz NavidAD a todos!