Si eres un profesional de la ciberseguridad, ten por seguro que nunca ha habido un momento en el que tus habilidades hayan sido más demandadas que ahora. A medida que las empresas son cada vez más conscientes de las amenazas que existen y de las implicaciones de lo que podría suceder si se producen, la responsabilidad de tener un equipo de primera línea, es cada vez más importante. Mientras que las cosas son fáciles para aquellos que tratan de encontrar un puesto, son complicadas para el que quiere contratar buenos profesionales ya que actualmente en el mercado laboral la demanda supera la oferta. Sin embargo, no todo está perdido y hay varias estrategias que las empresas pueden poner en práctica para reducir la brecha de habilidades a la que se enfrenta la industria de la ciberseguridad.

En primer lugar, las empresas deben adoptar un nuevo enfoque a la hora de atraer talentos, especialmente en relación con los puestos de nivel inicial.

La industria de la ciberseguridad tiende a depender de las habilidades matemáticas, requiere un análisis de las defensas y alguien que pueda pensar lateralmente cuando se realizan pruebas de penetración y que tenga la mentalidad para evaluar el riesgo. Mirando más allá de los propios resultados académicos, muchos candidatos nuevos, que tienen estas habilidades, pueden desarrollar los aspectos más técnicos como la codificación, la piratería ética y el análisis en el trabajo.

Igual que debemos tener este enfoque fresco para localizar a nuestro mejor candidato, también es importante cómo le buscamos. Crear métodos innovadores para atraer a la gente al proceso es vital. Un gran ejemplo es la gamificación y el trabajo realizado por la clase magistral de descifrado de código de GCHQ. Abierta a todas las edades, etnias y géneros, niveló el campo de juego para los candidatos creando un nivel de entrada fácil para todos e impulsando la posibilidad de generar una mayor reserva de talento en bruto, ayudando a aumentar la diversidad en el proceso. Hace apenas unos años, este sistema fue utilizado, entre otros, por la agencia de inteligencia británica, para atraer nuevo talento.

Otra forma probada de reducir la brecha de las cibercapacidades es a través de los aprendizajes. A través de este método, los nuevos talentos pueden estudiar para obtener las cualificaciones que necesitan para un empleo a tiempo completo, mientras aprenden las habilidades exactas que necesitarán en la empresa para la que trabajan. Además, ahora los aprendices ni siquiera necesitan asistir a la universidad o al colegio en persona y pueden hacer cursos a través de portales on line, dejando más tiempo para la formación en el trabajo.

Por último, no solo depende de la industria reducir la brecha de habilidades, los gobiernos también tienen un gran papel que desempeñar. Desde la inversión en educación hasta iniciativas específicas, hay varias maneras en las que puede ayudar. Afortunadamente, es algo con lo que las administraciones se empiezan a implicar.

Una muestra de ello, por ejemplo, se puede ver en la página web del INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad), dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital que recoge en su web dos catálogos relacionados con estudios de ciberseguridad. Uno de ellos incluye un total de 68 programas de Master y 4 Grados y otro los 124 centros que ofrecen algún tipo de estudio en ciberseguridad en España sea master u otro formato.  

En general, queda un largo camino por recorrer para, finalmente, llenar el vacío de habilidades de forma generalizada, pero ahora hay varias maneras en que nosotros como industria, junto con la ayuda de los gobiernos, podemos hacerlo, asegurando que cada país lucha de forma activa en la batalla contra los ciberdelincuentes en los años venideros.