El consumidor cada vez tiende a realizar cestas más pequeñas y a hacer más visitas a los establecimientos en su afán por controlar el gasto en gran consumo, dado que su nivel de confianza aún está por debajo del periodo prepandemia y se ha visto impactado por la inflación. Esto ha derivado en un fenómeno en auge que son las compras en el mismo día, que representan ya hasta el 30% de los actos de compra, según Worldpanel by Numerator.

En concreto, lo habitual es que la primera cesta sea la principal, con un gasto medio de 22 euros y seis categorías, mientras que la segunda compra en el día es complementaria, de 10 euros y tres productos en promedio.

Los principales motivos para esta segunda compra son el surtido en más de un 60% de las veces (buscar un producto específico o variedad), la cercanía en un 14% (olvido, urgencia o capricho) y la búsqueda de mejores precios o promociones en un 9%. Las categorías más elegidas por surtido son legumbres, carne, cuarta gama, galletas y snacks; aunque por precio son refrescos, café, chocolate, embutidos y quesos.

No todas las cadenas cumplen el mismo rol: Mercadona no es una cadena para complementar cestas, sino que destaca en cestas únicas de días distintos, mientras que DIA y las cadenas regionales sí sobresalen en cestas complementarias en el mismo día. En estas cestas, la marca de fabricante tiene un peso del 47%, cuatro puntos superior al promedio.

Una tendencia generalizada

Esta tendencia de varias visitas en el mismo día a distintos establecimientos es la culminación de la tendencia actual de visitar por regla general más tiendas que hace 3 años, generando más de 2.200 millones de actos de compra en 2025. 

Este incremento de la frecuencia de compra es un fenómeno transversal, presente en todas las regiones y tipos de hogar, aunque es más acusado entre los jóvenes y los seniors. La única excepción son los hogares con hijos, donde la falta de tiempo limita la frecuencia de compra. Y afecta a todos los canales, incluso a los hipermercados, aunque en menor medida.

El aumento de visitas al lineal implica que los consumidores realizan cestas más pequeñas. En concreto, las de necesidad inmediata y proximidad son las que más crecen, tanto en valor como en volumen y son responsables del 90% del incremento en los actos de compra.

Analizando las tipologías de cesta, la diferencia de gasto entre unas y otras es significativa: una cesta promedio supone unos 18 euros, mientras que las pequeñas oscilan entre 6 y 13 euros. Además, la carga por acto ha disminuido en todas las tipologías, especialmente en las grandes, que han pasado de 17 a 16 categorías.