La nueva identidad es una sutil evolución de la anterior que incluye la utilización del color blanco, una gradación de azules y el rojo utilizado con una tipografía grande, de modo que mantiene los atributos de la anterior pero con la pretensión de comunicar un estilo más contemporáneo. Carlos Uribe, director de marca y comunicación de la empresa, explicó en la presentación que este proceso es solo la punta del iceberg de un gran proyecto, de un objetivo estratégico: “Hace tres años se decidió concentrar esfuerzos en nuestra marca, emblemática y reconocidísima, especialmente si se tiene en cuenta el sector en el que actúa. En la nueva imagen se ha decidido mantener los códigos visuales pese a que incluso se barajó la posibilidad de inventarnos una nueva marca, pero se decidió no hacerlo porque sería desperdiciar este enorme capital. La hemos mantenido, pero limpia y renovada”. Del presupuesto previsto, la mitad se destinará a edificios –rotulación y revestimientos--. “Tenemos 120 edificios, anodinos, que queremos que se conviertan en emblemas”, señaló Uribe. Dos millones se dedicarán a la renovación de vehículos –más de 4000--y un millón a vestuario. El resto se repartirá entre el resto de las aplicaciones de la empresa, tanto en los que se trata de referencias impresas como online. El cambio de identidad visual será comunicado a través de una amplia campaña publicitaria centrada en televisión y prensa, que se iniciará el próximo día 18 y se difundirá bajo el claim “Cada día como el primero”, realizada por su agencia habitual durante los últimos años, Delvico. El presupuesto del trabajo es de 2,5 millones de euros. El lema trata de transmitir una imagen de la compañía más actual y acorde con los valores de calidad y liderazgo “no acomodado” que forman parte de su cultura empresarial.