El experimento, impulsado por Pruna Motor  y planificado y ejecutado por Bitlonia, ha consistido en recoger y comparar los datos de la actividad cerebral de un grupo de voluntarios a los que se ha invitado a probar un Mini 5 puertas después de haber hecho previamente unas vueltas por el circuito de karts.

Para recoger estos datos, los conductores han puesto un casco EEG de electrodos que ha leído su actividad cerebral en el momento en que han bajado del kart, cuando han destapado el Mini delante suyo y durante el tiempo en que han podido poner a prueba conduciéndolo en el mismo circuito.

La lectura de la actividad cerebral ha permitido confirmar que la experiencia con el nuevo modelo de la marca, con un  motor de 2,0 litros, 4 cilindros y 192 CV, ha sido tan intensa y vibrante como conducir un kart.