Valladolid, Cádiz o Madrid habían formado parte de sus últimas campañas de publicidad, pero Popeyes, cadena de restauración propiedad de Restaurant Brand Iberia con dos años de presencia en el mercado español, quería hacer algo más grande y, sobre todo, a nivel nacional. Y así es como ha surgido ‘Desconfía’, una campaña 360 realizada por Leo Burnett que supone el salto a la televisión de la marca y que cuenta además con publicidad exterior en circuitos de mupis y marquesinas, plan de social en Instagram y YouTube y campañas de programática.

Esta acción busca dirigirse a todos los consumidores de España, pero sobre todo a aquellos que nunca han probado sus productos o han oído hablar de ellos y no los han consumido todavía; y lo hacen a través de un reto: invita a desconfiar de sus propuestas culinarias y acudir a uno de sus locales para que lo comprueben por ellos mismos. Así en las creatividades se pueden leer mensajes del estilo de ‘¿Será como el de la foto?’, ¿De verdad lo marinan 12 horas con especias? o ¿Será tan crujiente por fuera y tan tierno por dentro?’.

“Con esta campaña entramos a competir con las grandes marcas del sector y esto es algo clave para la marca. ‘Desconfía’ nos llena de ilusión y es fruto de la escucha al cliente y de poner en valor nuestros atributos como marca. Estamos seguros de que nos ayudará a llegar a todos los consumidores y, por supuesto, a reforzar nuestro crecimiento”, explica Yvette Altet, directora de marketing de Popeyes en España y Portugal.

Este crecimiento, desde el punto de vista publicitario, es el reflejo de la nueva etapa de proyección nacional y se produce como acompañamiento del proceso de expansión que está viviendo la marca en España, por el que actualmente posee 44 restaurantes y uno en Andorra. La compañía prevé alcanzar los 200 locales en 2024 y conseguir así uno de sus principales objetivos desde su llegada a nuestro país: convertirse en la primera opción de restauración a la hora de consumir pollo.