Aceite de Jaén inicia una nueva etapa desde el punto de vista del marketing y la publicidad ya que ha lanzado una campaña que tiene como objetivo poner en valor la Indicación Geográfica Protegida (IPG) que agrupa bajo un mismo distintivo de calidad todo el AOVE de la provincia de Jaén.

Para ello ha contado con la agencia Kitchen que se enfrantaba a un gran reto, puesto que se trata de la primera IGP de aceite de oliva virgen extra reconocida en España por Bruselas y que ampara la calidad diferenciada del producto, un aval de la Unión Europea como símbolo de excelencia para el Aceite de Jaén.

El lanzamiento está dividido en una primera fase en forma de campaña gráfica con la que la IGP comienza a definir sus líneas de desarrollo y posicionamiento y que posteriormente será implementada en el resto de soportes.

“A veces parece que la única forma de hacer publicidad de alimentos es utilizar los códigos más tradicionales de las grandes marcas para contar calidad“, comenta Iñaki Bendito, director general creativo, “nosotros pensamos que existe un territorio enorme en el que los productos de alimentación, sin dejar de ser apetecibles, pueden conectar de una forma mucho más cercana con la gente, poner en valor la marca, ser recordados de una manera diferencial y generar ventas”.

La campaña gira en torno a un hecho, a una gran verdad del producto: el aceite de Jaén hace más buena cualquier comida.“Cuando nos planteamos el enfoque estratégico de la campaña, nos dimos cuenta de que los mensajes utilizados normalmente por las denominaciones de origen no llegaban claramente al consumidor, no se recordaban y que estos sellos de calidad fagocitaban al producto en sí. Por eso decidimos que nuestra campaña no debía ser una más y que debíamos poner en valor el beneficio principal de un alimento que eleva la calidad y la percepción de cualquier receta en la que intervenga", comenta Gema Arias, directora general de estrategia creativa.

Para desarrollar las imágenes se ha contado con el ilustrador Pedro Perles y se ha buscado un estilo internacional que bebiera de las grandes viñetas de The New Yorker, pero sin perder la esencia que aporta el origen. Así se han desarrollado situaciones con un punto de humor en las que un brócoli, un pescado y una tostada de pan son 0más buenos' gracias al Aceite de Jaén.

“Estamos convencidos de que si una marca tiene un mensaje fuerte, claro y real que comunicar, hay que hacerlo bien. Y eso significa hablar de una manera que no sea la del resto de competidores para diferenciarnos desde la realidad y crear marca siendo honestos con nuestra verdad como producto”, añade Cris Láinez, supervisora creativa de Kitchen.