KFC ha lanzado esta semana una original acción centrada en sus nuevas patatas fritas. La marca hacía autocrítica y hablaba de la calidad de sus patatas. “De todos nuestros productos de la carta, las patatas eran las que más insatisfacción generaban, como nos mostraban todos los indicadores. Nuestros menús traían un pollo frito increíble, pero no tan bien acompañado”, comentaba Kerman Romeo, head of marketing de KFC, en una publicación en su perfil de LinkedIn. 

¿Qué hacer ante esta situación? Decidieron cambiar sus patatas por otras que “estuviesen brutales”. Pero la marca fue más allá y quiso compensar a todos aquellos que habían tenido una experiencia “mala” con este producto.

Surgió así KFC Fries Compensation. Se calculó la cantidad de patatas antiguas que el cliente había consumido históricamente en la app de KFC y le enviaron un email personalizado con la misma cantidad, pero de las nuevas. “La mejor manera de pedir perdón”, concluye Romeo.