
¿Cuál fue el objetivo principal interno al decidir embarcarse en esta colaboración con Stranger Things y Lola Lolita?
La colaboración nace de nuestra búsqueda continua para mejorar la experiencia de nuestros Doritos a través de un relanzamiento del producto que dio pie a la idea creativa “Más crujientes, más molestos”. Con el relanzamiento, reforzamos la calidad del producto incluyendo más maíz en cada chip haciéndola más gruesa e intensificando nuestro crujido tan característico. El objetivo era claro, llevar una mejora de producto funcional a una idea culturalmente relevante, al más puro estilo de Doritos.
La primera fase, con Lola Lolita, convirtió ese crujido en un objeto de debate por su sonido “inesperadamente molesto”. Meses después, evolucionamos la idea hacia “Más crujientes, más peligrosos”, en colaboración con Stranger Things. La campaña trasladó el concepto a un terreno más cinematográfico, con estética ochentera y, en esta ocasión, con el Demogorgon como símbolo de las consecuencias de nuestro crujido inconfundible. La pieza presentó la colaboración global con Netflix y mostró cómo, chip a chip, Doritos se convertía en un peligro en el “Upside Down” o una herramienta para convertirse en un héroe inesperado.
Con Lola Lolita han trabajado ya en anteriores acciones, ¿qué tiene esta influencer para Doritos?
Lola Lolita fue clave en la primera fase del año y era importante mantener coherencia con el contenido que había impulsado la plataforma “Más crujientes”. Su estilo directo y su gran alcance permitieron generar una gran conversación alrededor de la nueva receta de Doritos. Esa continuidad fue determinante para mantener viva la conversación y conectar orgánicamente la narrativa con la segunda fase de campaña.
¿Qué peso tienen los creadores de contenidos y las redes sociales en la estrategia de marketing de Doritos?
Son un elemento fundamental para conectar y mantener la marca viva en la cultura de las nuevas generaciones. Para Doritos representan un punto de contacto importante dentro de un ecosistema integrado, apostando por la co-creación de contenidos que amplifiquen los mensajes de forma orgánica. Su rol va adaptándose, dependiendo de la idea creativa y objetivo en cuestión.
En este caso, la colaboración con creadores fue clave para legitimar la campaña y acelerar la conversación sin perder autenticidad ni tono de marca.
La campaña “Más crujientes, más peligrosos” resalta el crujido del snack como elemento narrativo. ¿Por qué decidisteis poner ese sonido como eje creativo?
El crujido de Doritos, junto a su sabor intenso, es la esencia de nuestro producto y un elemento que materializa la personalidad atrevida de la marca. Desde comienzos de año, lo hemos situado en el centro de la comunicación: primero con “Más crujientes, más molestos”, donde el sonido generaba conversación, y ahora con “Más crujientes, más peligrosos”, donde se convierte en detonante de una historia dentro del universo de Stranger Things. La evolución mantiene la misma esencia: un crujido tan potente que siempre tiene consecuencias, incluso las más inesperadas.
En cuanto al storytelling: ¿cómo se construyó el guion de la pieza principal para conjugar los elementos de Stranger Things con el posicionamiento de Doritos?
Partimos del mismo insight que inspira toda la plataforma: el sonido de unos Doritos puede tener repercusiones inesperadas. Lo conectamos con el mundo de "Stranger Things", en el que los Demogorgons son atraídos por los sonidos, y creamos una historia en la que ese crujido se convierte en el detonante de la acción. Así, cada mordisco transforma a los protagonistas en héroes inesperados, fieles al espíritu de Doritos. El resultado une la esencia de ambas marcas: el carácter valiente y provocador de Doritos con el suspense de la serie.
En paralelo a esta campaña se han lanzado productos de edición limitada: Doritos Collisions, Cheetos Garras de Demogorgon y Bits Hellfire Club. ¿Cuál fue el proceso para decidir sabores, diseño de packaging y nombre de cada producto?
Cada producto traduce un elemento del universo "Stranger Things" al lenguaje de Doritos: Doritos Collisions representa el choque de sabores y mundos, Cheetos Garras de Demogorgon, el peligro; y Bits Hellfire Club, la energía rebelde. Los diseños y nombres se desarrollaron junto a Netflix para garantizar autenticidad y coherencia visual con la serie, manteniendo los códigos propios de Doritos actualmente a la vez que los de nuestros diseños en los años 80.
¿Cómo pensáis distribuir esa línea limitada (canales físicos, online, exclusividades)?
La línea se distribuye en los canales habituales, con refuerzo de visibilidad en el punto de venta durante Halloween y activaciones digitales exclusivas. El objetivo es combinar alcance masivo con experiencias diferenciales que conecten con los fans y refuercen la presencia de Doritos en la cultura popular.
Haciendo un poco de balance de este 2025 – quedan tres meses para decir adiós a este año–, ¿cuál diría que es el momento, hito, campaña o acción destacable para Doritos?
Más que un momento concreto, destacaría la solidez de toda la plataforma “Más crujientes”, que ha consolidado la nueva etapa de la marca y reafirmado su liderazgo cultural y en el segmento de Tortilla Chip. Este año ha sido la continuación natural del camino iniciado en 2024 con campañas como “Crunch Cancellation”, que devolvieron a Doritos su carácter provocador y su rol de marca que se atreve a ir un paso más allá. 2025 ha sido el año en el que ese territorio se ha hecho más grande, más visible y más conectado con la cultura, manteniendo vivo el espíritu atrevido que siempre ha definido a Doritos.