La desinformación es un problema en la sociedad actual y un peligro para la democracia y la estabilidad del país. Estas son algunas de las conclusiones extraída del 'I estudio sobre la desinformación en España', desarrollado por Barlovento Comunicación para Uteca y la Universidad de Navarra en el que han participado más de 1.224 personas mayores de 18 mayos durante el 15 y 25 de marzo del 2022.

Los encuestados han respondido a preguntas sobre la percepción general y el papel de los diferentes canales de comunicación en la extensión o freno de la desinformación, así como por los comportamientos individuales y de terceros frente a este fenómeno.

Como regla general, la medida más citada para combatir la difusión de contenidos falsos es evitar el reenvío de mensajes anónimos (51%), seguida de informarse en televisión, prensa y radio (42,7%), así como realizar campañas educativas (38,5%).

Según se desprende de las respuestas recogidas, el sesgo ideológico influye para otorgar mayor o menor credibilidad a un mensaje. Eso sí, los encuestados piensan que son los demás, no ellos mismos, quienes se vuelven más crédulos. Un 88,1% considera que los españoles en general creen más los mensajes que reciben si coinciden con su forma de pensar. Una percepción que cambia totalmente cuando se les pregunta si en su caso particular ocurre lo mismo. Solo el 32,8% admite que les sucede.

Al preguntar directamente qué hace cada uno, de forma individual, para no caer en la trampa del engaño y su difusión, un 53,4% afirma que no reenvía mensajes anónimos y un 43,4% indica que se informa por la televisión, prensa y radio. Un 20,1% señala que consulta medios especializados en la verificación de noticias, mientras que un 6% admite que no toma medidas.

Los medios de comunicación son la mejor garantía frenar la desinformación

Los medios de comunicación se perfilan, así, como aliados para frenar la propagación de la desinformación. Un 79,6% de encuestados asegura que, antes de compartir un mensaje, contrasta su veracidad en televisión, prensa y radio por un 20,4% que admite no hacerlo.

Fruto de la creciente desconfianza, los encuestados estiman que un 42,1% del contenido que reciben es falso. Además, un 83,3% manifiesta que el volumen de desinformación ha aumentado durante la pandemia y la guerra de Ucrania. Una percepción que abunda en el reconocimiento al papel clave que otorgan a las organizaciones periodísticas para atajar su proliferación.

La televisión en abierto (58,7%), la prensa digital y de papel (50,2%) y la radio (48,1%) son elegidos como los canales por los que se recibe una información más veraz, de mayor confianza y más contrastada. Muy lejos quedan las redes sociales, señaladas por un 8,8%, las plataformas de compartición de vídeo (5,9%) y, en último lugar, los servicios de mensajería instantánea, que caen hasta el 2,6%.

La televisión es el medio preferido para informarse a diario (76,1%), seguido por la prensa tanto impresa como digital (44,9%) y la radio (35,5%). Por detrás quedan las redes sociales (26,9%), las plataformas de compartición de vídeo (7,7%) y la mensajería (7,1%).  Igualmente, la televisión en abierto es el medio preferido (73,2%), más fiable y veraz (59,7%) para informarse sobre la guerra de Ucrania.

Cuando se trata de informarse, el 84,6% de los españoles prefiere los medios de comunicación a las redes sociales, gracias a que cuentan con equipos profesionales de periodistas que contrastan y verifican las informaciones. A pesar de ser grandes usuarios de redes sociales, un 75,9% de los jóvenes entre 18 y 34 años comparte esa opinión.