Recuperar el prestigio perdido y contactar con el target más joven. Estos eran los objetivos que puso sobre la mesa el equipo de J&B (Diageo) cuando se sentaron junto con El Ruso de Rocky y PHD Media para idear su nueva campaña para 2022. De esa conversión y de muchas más que vinieron después emergió una idea: había que invitar a celebrar sin dejar a nadie fuera.  

J&B quería ser el whisky más inclusivo, por eso centró su mensaje en el colectivo LGTBIQ+ y en darle una vuelta a las cifras que señalaban que un 32% de sus miembros evitaba ir a bares y un 50% renunciaba a las muestras de cariño en público con su pareja.

La marca construyó una carroza, organizó unas fiestas del orgullo en tantos pueblos de España como lo solicitasen y con ella llegó la campaña ‘Orgullo de Pueblo’.

Esta acción no pasó desapercibida para nadie. Logró visibilizar el concepto del ‘sexilio’ que fue mencionado en el Congreso de los Diputados el 6 de octubre y se recibieron 1.172 propuestas de entornos rurales para celebrar la iniciativa, lo que supuso un 14% del total de los pueblos españoles.

Además, la imagen de marca mejoró, se construyó el compromiso de la inclusividad desde la credibilidad y el público clave, de 18-34 años, mostró una percepción positiva hacia J&B por su apoyo al colectivo.

Desde el punto de vista comercial, J&B creció en consideración de compra de un 25% a un 37,2% en aquellos que vieron la campaña.