Scopen remarca la idea de cómo la tecnología es capaz de crear nuevas actitudes, formas de pensar, de vivir y de consumir y que, ante esta situación, “es importante que tanto empresas como consumidores comiencen a ser conscientes de cómo va a ser la nueva forma de comprar y de vender”.

Estas son, según Scopen, las siete tendencias clave:

Los modelos de suscripción serán la norma. Compañías como Spotify y Netflix han democratizado el modelo de suscripción, un sistema que está cambiando la forma en la que se consumen productos y servicios. De hecho, la economía de las suscripciones ha crecido más de un 300% en los últimos 7 años y, tal y como afirma un estudio realizado por Gartner, el 75% de las organizaciones que venden directamente a los consumidores ofrecerán servicios de suscripción en 2023. A raíz de estos datos, no es de extrañar que cada vez sean más las personas que deciden alquilar servicios en vez de comprarlos. Un modelo que no es nuevo pero que cada vez está más implementado en sectores como la moda, la alimentación, la música o incluso los procesos industriales.

La personalización predictiva para luchar contra la saturación de internet. Durante esta última década la sociedad ha recibido multitud de servicios, plataformas y formatos que han cambiado la forma que se consume. Sin embargo, esta situación también ha aumentado la saturación publicitaria, acrecentando la tendencia a la desintoxicación o desconexión digital. No en vano, casi 2 de cada 3 personas afirma “sentirse perseguido” por los anuncios en internet, según la encuesta del 21º estudio de Navegantes, y cada vez es mayor el número de personas que utilizan adblocking en el navegador (más de 400 millones en todo el mundo).

De igual manera, esta es una realidad palpable en la generación Z, que son los consumidores más exigentes, hasta el punto de que el 67% considera que los sitios web deben saber qué están buscando y un 40% dejaría de visitar uno si no anticipa lo que necesita, le gusta o quiere. Sin duda, una situación que provocará que la implementación de la inteligencia artificial y el machine learning sea esencial para aplicar personalización predictiva.

El reinado de los asistentes de voz. Los asistentes de voz son la tecnología vinculada al consumidor que más crece desde los smartphones. De hecho, según un estudio reciente de Juniper Research, el número de asistentes de voz se triplicará de aquí a 2023, distribuyéndose alrededor de 8.000 millones de dispositivos en todo el mundo (habrá más asistentes de voz que personas hay en el mundo). Todo esto cambiará la forma en la que se consume la publicidad y también la forma en la que compran los consumidores. Y por supuesto, la publicidad tendrá que ser personalizada, en tiempo real, con capacidad de combinar miles de variables para poder interactuar con usuarios reales durante el proceso de relación con el dispositivo por voz.

La conciencia empresarial o el efecto Greta Thunberg. Los consumidores confían en las compañías que contribuyen a mejorar el mundo, defienden las economías circulares, provocando cambios en cómo las compañías hacen negocios. Según Accenture, el 62% de los consumidores quieren que las empresas adopten una postura sobre temas actuales y relevantes como la sostenibilidad, la transparencia y las prácticas de empleo justas. Ante esta situación, las marcas tendrán que incluir en sus estrategias planes que favorezcan la conservación del planeta, la transparencia económica y en la relación, así como mostrar interés por el bien de la comunidad.

El asentamiento del marketing experiencial. Los medios tradicionales han dejado de ser consumidos por muchos consumidores. Los usuarios pasan menos tiempo viendo publicidad o son más inmunes por el exceso de esta. Por eso, una de las maneras más eficaces es impactar a través de la experiencia, de la relación, implicar, involucrar. De hecho, un estudio del grupo Harris revela que un 72% de los millennials prefiere gastar dinero en experiencias antes que en productos materiales. Sin duda, los consumidores son más impredecibles y menos fieles a las marcas, y necesitan tener una serie de sentimientos por las marcas que consumen.

Nuevos perfiles profesionales. El marketing y la comunicación están cambiando y seguirán haciéndolo debido la forma en la que los consumidores compran y se relacionan con las marcas, la cual es diferente y está muy determinada por los avances tecnológicos. Por esta razón, las empresas de marketing y comunicación, así como los propios departamentos de las empresas se tendrán que adaptar, creando nuevos tipos de perfiles profesionales. De hecho, el 72% de las agencias digitales de todo el mundo afirman que el análisis de datos es la habilidad técnica que más se necesitará dentro de dos años, ganando peso los project managers en detrimento de los responsables de innovación.

La creatividad, clave para la rentabilidad. La credibilidad de las marcas ha caído durante la última década, repercutiendo directamente sobre su cuenta de resultados. Los McKinsey’s Award Creativity Score, que miden el número de Leones de Cannes ganados, afirman que el 67% de las empresas que obtienen una puntuación superior a 7,5 tienen un crecimiento orgánico de los ingresos superior a la media. Ante esta situación, la creatividad, los insights y el storytelling vuelven a coger un valor fundamental con el objetivo de construir una marca relevante. Ante el exceso de información, el consumidor necesita creer en las marcas para poder tomar decisiones acertadas.