Cuando hablamos de sostenibilidad, es inevitable mirar hacia los dos grandes colectivos que pueden y deben impulsarla: los organismos gubernamentales y las empresas. Estas últimas son los agentes que promueven su desarrollo y definen cómo se produce. Y aunque los gobiernos tienen la obligación de trabajar por el crecimiento sostenible y legislar al respecto, es en el campo de la acción empresarial donde tienen y deben tener lugar los cambios. El ciudadano, cada vez más consciente de esta necesidad, apunta hacia las empresas y les exige su compromiso con la sociedad del presente y del futuro.
El estudio Meaningful Brands de Havas Group, es una de las herramientas más esclarecedoras en este sentido. Con 31.000 personas entrevistadas y cerca de 10.000 evaluaciones sobre 365 marcas, sólo en España, pone de manifiesto que el 75% de los consumidores opina que las empresas deben actuar ya por el bien de la sociedad y el planeta. Al mismo tiempo que se produce esta exigencia, se demuestra escepticismo con el compromiso actual de las marcas. Sólo un 32% de los españoles se siente satisfecho con las acciones que las compañías realizan como contribución a la sociedad. Y ese mismo porcentaje, 32%, piensa que las empresas son transparentes en la consecución de sus promesas. La percepción de que sus compromisos responden más a campañas de greenwashing es mayoritaria.
En esta reivindicación de la ciudadanía y necesidad de acción desde la empresa, juegan un papel importante aquellas compañías productoras que tienen un contacto más directo con los recursos naturales. Sectores como el de la alimentación y la energía, son los primeros hacia los que se acude en busca de este compromiso. Havas Media, dentro del compromiso global de RSC de compañía (Havas Impact+), busca crear un impacto positivo en las personas, la sociedad y el planeta. Tal es el caso de la marca Florette.
Como compañía productora de vegetales frescos envasados y listos para consumir y dada la naturaleza agrícola de su actividad, Florette tiene un especial compromiso con la sostenibilidad. A través de su plan de RSC “Compromiso Florette” trata de devolver al entorno todo lo bueno que éste le proporciona. Así, la sostenibilidad entendida en todos sus ámbitos -social, medioambiental y económica- es un eje transversal que la compañía trabaja a lo largo de su cadena de valor y que constituye uno de los pilares estratégicos de la empresa.
Florette lleva tiempo implantando distintas medidas sostenibles desde los campos de cultivo hasta la distribución de sus productos. Empezando por el uso de técnicas de cultivo respetuosas con el entorno, como es la reutilización de agua de lluvia o el uso de desinfectantes naturales, el uso de energía 100% renovable en los centros de producción en los que se apoya, o mejorando la sostenibilidad de sus productos, a través de acciones como el ecodiseño, la reducción de plástico en los envases en 160 toneladas anuales y la utilización de materiales reciclados y reciclables siguiendo la estrategia de las 3 R (reducir, reciclar, reutilizar) y con el fin de fomentar la economía circular, entre otros.
En este sentido, Florette es un ejemplo de marca que da respuesta a la demanda de los consumidores respecto a la necesidad de que las empresas tomen cartas en el asunto medioambiental, siendo muy consciente además de la relevancia que día a día va tomando la sostenibilidad en la cesta de la compra. De hecho, casi el 50% de los consumidores de cuarta gama declaran que tienen en cuenta muchas o bastantes veces la sostenibilidad y las políticas de RSC de las empresas a la hora de elegir unas marcas u otras (Brand tracker Florette Kantar Sept 2021). Son los propios consumidores quienes piden a la marca que participe en un número aún mayor de acciones sostenibles y sobre todo que las comunique, condición absolutamente necesaria para que puedan valorar en qué medida Florette hace realidad su propósito de marca ayudando a las personas a alimentarse mejor con productos prácticos, sanos, sabrosos, saludables y sostenibles.
De esta forma, es cómo la sostenibilidad ha pasado a convertirse en un eje de comunicación fundamental de la marca, sabedora de tener un potente storytelling que procede de todas esas prácticas sostenibles reales y auténticas que la compañía se esfuerza en realizar, poniendo el foco en aquellos aspectos que más inquietan a los consumidores de alimentación en general y de la cuarta gama en particular, a saber, la reducción del plástico, el desperdicio de comida o el fomento del consumo responsable y respetuoso con el medioambiente.
Y es que, la constancia y la coherencia en la comunicación de mensajes relevantes vinculados a la sostenibilidad son clave para que hoy, los consumidores reconozcan a Florette como marca “meaningful”, premiando su clara voluntad de mejorar la vida de las personas y el planeta.
Por Josep Tarragó, Business Managing Partner (Havas Media) y Nuria Alias, Directora de Marketing (Florette)