
“En la era del usar y tirar, ese cuerpo que ves ahí es irremplazable. Cuídalo”. Este es el mensaje que la aseguradora Asisa ha querido lanzar a través de su campaña 'Irremplazables'.
Y como parte de esta propuesta publicitaria y en colaboración con la agencia Sra. Rushmore, la marca ha instalado espejos en distintos puntos de Madrid, como Tribunal o la Plaza de Olavide, invitando a los transeúntes a detenerse por un instante, mirarse y reflexionar sobre la importancia del cuidado del cuerpo y la salud.
La experiencia de mirarse en un espejo es algo cotidiano que muestra la imagen exterior, pero pocas veces lo hacemos con verdadera conciencia. Los espejos instalados por Asisa en lugares públicos no solo reflejan el exterior de quienes se miran, sino que también plantean una pregunta esencial: "¿Estamos cuidando lo más importante que tenemos: nuestro cuerpo?".
Al encontrarse con su reflejo y el mensaje inscrito en el espejo, muchos transeúntes se detuvieron y tuvieron un momento para una reflexión. En palabras de una de las personas que vio la acción, “Nos pasamos la vida preocupándonos por lo que se ve por fuera, pero olvidamos que lo importante es cómo nos cuidamos por dentro”.
Con esta acción, la aseguradora busca que las personas se enfrenten a sí mismas de una forma directa, y comprendan que, a diferencia de los objetos que nos rodean, el cuerpo humano no tiene repuesto. “Nos hemos acostumbrado a vivir en una sociedad de usar y tirar, donde todo puede reemplazarse. Pero cuando te miras al espejo, te das cuenta de que hay algo que no puedes sustituir: nuestro cuerpo. Esta acción es una invitación a pensar en lo que de verdad importa”, explica Carlos Eiroa, director de marca, publicidad y patrocinio de Asisa.
'Espejos' forma parte de la campaña 'Irremplazables', en la que Asisa busca concienciar sobre el impacto de la cultura del “usar y tirar” en la vida cotidiana y, especialmente, en la manera en que el usuario cuida su salud. A través de relatos en primera persona protagonizados por objetos desechables, como un balón, una bicicleta y un radiocasete, la campaña pone de relieve que, aunque muchas cosas puedan reemplazarse, el cuerpo humano es único e insustituible.